jueves, 30 de abril de 2015

Escuchar


"Se necesita coraje para pararse y hablar.      
Pero mucho más para sentarse y escuchar". 
Winston Churchill    




Escuchar es un arte que precisa de gran esfuerzo y paciencia. Para hacerlo con perfección, tenemos que prestar verdadera atención a lo que nos están diciendo y ponernos en el lugar de quien nos habla, tratando de entenderlo según sus circunstancias y su forma de ver las cosas.
Todas la personas necesitan sentirse escuchadas, saber que lo que dicen nos interesa y nos preocupa.

Quienes escuchan atentamente y saben callar en las conversaciones demuestran una gran inteligencia y sabiduría. Son personas que saben evitar conflictos y problemas innecesarios, pues logran tener un gran conocimiento sobre los demás. Saben cómo son las personas con las que están hablando y qué les gusta, preocupa o desean.

Es una cualidad muy atractiva que facilita las relaciones sociales y ayuda a ganar amigos. Para tener éxito en nuestras relaciones y mantener una comunicación efectiva es más importante saber escuchar que ser elocuentes y expresarse adecuadamente.



Para ser un buen oyente debemos de tener en cuenta una serie de conductas en las conversaciones que nos ayudarán a perfeccionar el arte de saber escuchar. Entre ellas destacamos:

- Escuchar en silencio y con respeto. Escucha atentamente sin interrupciones. No opines, critiques o juzgues hasta que tu interlocutor haya terminado de hablar, entonces podrás exponer con tranquilidad tu opinión.

- Observar a quien habla. Debemos observar y prestar atención a los gestos, las expresiones no verbales y a las emociones de quien habla. Nos ayudará a comprender con más claridad lo que desean expresarnos.

- Demostrar que estamos escuchando. Para demostrar a nuestro interlocutor que le estamos escuchando es aconsejable; realizar gestos, movimientos de manos o cabeza, una sonrisa o intercalar expresiones como: ¿sí?, claro, entiendo, etc., que indican interés por la conversación. Cuando termine de hablar, también es aconsejable, realizar alguna pregunta sobre lo que nos ha contado. Es señal de que le hemos estado escuchando perfectamente.

- No ser selectivos. Para ser un buen oyente es fundamental escuchar todas las opiniones y no centrarnos sólo en las que coinciden con la nuestra. Tampoco podemos tener una idea preconcebida de aquello que nos van a decir. Limitaríamos nuestra capacidad de escucha.

- Mantener una escucha abierta. Tenemos que estar dispuestos a aprender de los demás y saber que toda conversación puede aportarnos algo positivo. No debemos aferrarnos a nuestras ideas o pensamientos, creyendo que son mejores, sino estar abiertos a lo que digan los demás, sin juzgarlos ni subestimarlos.

-Presta atención a tu lenguaje corporal:La comunicación no verbal también es muy importante. Si te muestras interesado de manera verbal pero tu mirada se desvía, pareces distraído o indicas con tu cuerpo que tienes prisa o estás aburrido, no servirá de nada. Es importante acompañar y reforzar la comunicación verbal con la no verbal.
-Ármate de paciencia:A veces en la empresa hay personas que te cuentan cosas que no te interesan. Si lo que te tiene que explicar tu interlocutor se trata de algo que puede parecer una tontería o bien lo diga para provocar, no te precipites y deja que termine su explicación. Si su objetivo es desagradable, tendrás más armas con las que rebatirle y si realmente pensamos que su idea no tiene sentido, no vale la pena enfrascarse en discusiones que no llevan a ninguna parte.



http://www.pulevasalud.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario